El semestre que ya se fué (bueno casi), empezó con una enorme carga de trabajo producto de horarios muy apretados y maestros muy exigentes. Lo bueno fue que esta vez conté con el apoyo de mis compañeritos de clase, gracias a ellos pude sacar proyectos adelante, en algunos de los cuáles hice prácticamente nada, aunque me esforcé por recompensarlos con una buena fiesta.
La presión fue constante, tanto por cumplir en la escuela como en el campo de tiro. Estuve a punto de no clasificar a la olimpiada nacional y me quedé con las ganas de ir a la universiada nacional.
Casi me enamoro de alguien que no tiene nada que ver conmigo, ni en mi forma de ser, ni en gustos personales. Gracias a Dios me recordaron la frase "No te enamores..." cientos de veces.
Ya estoy a media carrera, y aún falta mucho por recorrer y por conocer. Los veo en Semestre 5.
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