Desde tiempos lejanos en la antigua Grecia se ejercía la democracia, hemos avanzado mucho porque ahora contamos con un sufragio universal que permite participar con el voto a todos los ciudadanos mayores de edad.
Todo el tiempo tomamos decisiones, desde que nos levantamos hasta que decidimos dormir; pero hay algunas elecciones que tienen más repercusión que otras por el simple hecho de que involucran a más de dos seres humanos. La familia se vuelve nuestro primer grupo social al nacer, después los vecinos, amigos de la escuela, trabajo, ciudad, hasta lograr un buen número de conocidos en los que repecturirá la decisión que tomemos a la hora de elegir a nuestros gobernantes. Un voto puede parecer pequeño, pero si lo comparamos con un ladrillo se vuelve la analogía perfecta. Uno a uno construyen, desde los cimientos hasta el último piso, la obra magna de nuestra comunidad. Que no quede un ladrillo sin usar. En esta elección ya ganó México por la gran participación a lo largo de 90 días reflejada en las casillas de este 1° de julio.